Nuevo día de visitas y hoy tocaba las ruinas Mayas de Chichen Itza, patrimonio de la humanidad, y considerada una de las maravillas del mundo moderno, pero con un desplazamiento de más de 2 horas, por lo tanto si queremos no pasar excesivo calor, y sobre todo evitar a los grandes grupos de las excursiones de los tour operadores hay que madrugar.
Nosotros decidimos salir a las 6, aprovechar que siempre dejan abierta una parte del bufé para poder tomar un café algo de bollería y fruta y ponernos en marcha para llegar lo antes posible, los grupos salen sobre las 08,30 h. y para esa hora queríamos estar allí.
Recorremos los 185 Km. Que separan el Grand Sirenis de las ruinas de Chichen Itza, y durante el camino repostamos el coche, la gasolinera estaba atendida, seguimos la indicación de la casa de alquiler que nos dijo que repostásemos la gasolina roja, la Premium, que es un poco más cara que la de más baja calidad, de color verde, aunque la diferencia es muy pequeña el litro de la roja estaba a 20,16 pesos, es decir menos de un Euro.
Te repostan el coche, te limpian las lunas, y pagas a la misma persona que te hace el trabajo en efectivo o tarjeta como quieras, nosotros lo hicimos en efectivo e incluimos una pequeña propina, ya que fue amable y no pidió nada aparte del coste de la gasolina.
Continuamos nuestro camino y antes de llegar utilizamos un tramo de autopista de peaje, o de “cuota” como se denomina aquí. Es un poco extraño ya que hay cambios de sentido en la autopista o “retornos”, supongo que se pagará por tramos y estará controlado, también vimos una gran área de servicio, con gasolinera restaurantes de comida rápida y otros servicios, al estilo americano.
A la hora de salir de la autopista el peaje está justo en la salida de Chichen Itza, y tiene una cabina propia, pero estaba cerrada porque estaban arreglado el pavimento, así que entramos por otra le dijimos a la chica que íbamos a Chichen Itza y nos cobró esa tarifa ya que si vas a continuar dirección Mérida es más caro, le pagamos 30 pesos en efectivo, nos entregó el recibo correspondiente y nos dirigimos a las ruinas que ya se encuentran cerca.
Justo antes de la barrera de entrada al aparcamiento, nos para un señor se identifica como guía oficial mostrándonos su credencial y yendo vestido con el uniforme de camisa blanca que usan los guías nos pregunta si pensamos contratar guía, le dijimos que dependiendo del precio, y nos dice que la tarifa son 800 pesos por dos horas, le contestamos que lo tenemos que pensar y nos dice que nos hace una tarifa “anti crisis”, 650 pesos, que si queremos nos espera en la entrada al recinto.
Entramos en el aparcamiento pagando 30 pesos, y estaba casi vacío, así que pudimos escoger un lugar debajo de los árboles y completamente a la sombra, preparamos cámaras, sombrero y agua porque ya hacia bastante calor y nos dirigimos a la entrada, allí nos esperaba José que así se llamaba el guía, le decimos que aceptamos su tarifa “anti crisis” y vamos a sacar las entradas, aquí son dos pagos aunque te lo cobran junto en total 254 pesos por persona. José me advierte que pueden cobrarme por el palo selfie que uso con el móvil, que a veces cobran y a veces no, pero si me lo dicen son 45 pesos, por lo que guardo el palo en la mochila para usarlo luego y así me dice José que no hay problema que una vez dentro nadie pregunta.
Entramos en el recinto y José empieza sus explicaciones sobre los reconstruidos monumentos, empezando por el juego de pelota explicándonos con todo detalle su utilización como elemento religioso, la composición de 7 jugadores por equipo, que en cada equipo hay un capitán que es un elegido de la nobleza que debe nacer en los 5 días señalados del año y que desde su nacimiento se le prepara para esto.
Este Capitán es el único que puede estar en la cornisa que hay en cada uno de los muros que delimitan el campo, y el único que puede introducir la pelota por al aro, terminando así el partido, ya que el primero que anota gana, y el premio es el sacrificio del capitán del equipo ganador, lo que era una gran orgullo para él ya que se preparaba para esto desde su nacimiento.
También comprobamos lo maravillosamente realizado que está la edificación del juego de pelota y como el sonido llega desde una punta a la otra del enorme terreno de juego rebotando en las paredes que lo delimitan por el tipo de construcción que tienen.
Seguimos por el resto de edificaciones y José nos va explicando datos sobre su uso y su construcción como esta zona es creada después de la fusión del pueblo Maya con el Tolteca que vivían más al norte, y como se cree que el área estaba edificada anteriormente, y fue demolida para volverla a construir con edificios más grandes.
Esto es especialmente relevante en el Castillo o pirámide de Kukulkan el dios serpiente, ya que la pirámide una maravilla de la astronomía está construida conteniendo otra pirámide de similares características pero menor tamaño en su interior.
Nos explica el fenómeno que ocurre en los equinoccios con la conocida como bajada de la serpiente, por el lateral de la pirámide, ya que se va iluminando tramo a tramo como si bajase por el lateral hasta que se ilumina la cabeza que está en la base, y que atrae a miles de personas dos veces al año a la explanada frente a la pirámide para observarlo.
Una vez terminadas las explicaciones sobre los edificios José termina sus explicaciones, añadimos 50 pesos a lo acordado por sus magníficas explicaciones y simpatía.
Continuando la visita marchamos a hacia el Cenote Sagrado que está a 300 metros de la explanada principal donde se ubican las construcciones, este camino es también un mercadillo ya que está completamente bordeado de puestecitos de todo tipo de artesanía. Todo el recinto está lleno de puestos pero esto al ser un camino y haber algo de sombra está repleto de vendedores y puestos.
Llegamos al Cenote sagrado y no hay mucho que ver, el agua está completamente verde y la maleza cubre sus bordes sin que haya una buena visión del mismo, es muy importante dentro de la visita ya que se utilizaba como lugar de sacrificio y se han encontrado muchos huesos de mujeres jóvenes lo que hace pensar que eran sacrificios ofrecidos a los dioses, así mismo se han encontrado gran cantidad de piezas de oro plata, jade y obsidiana, y eso que el cenote había sido expoliado por un antiguo propietario americano que se llevó las piezas a EEUU, sin que nadie sepa en realidad que se llevaron del lugar.
Una vez realizada la visita y refrescados con unas coca colas fresquitas en el quiosco que está junto al cenote nos dedicamos al arte del Shoping y al duro regateo para hacer las compras de recuerdos, los precios desde luego son mucho más baratos que en Playa del Carmen.
Dimos por terminadas las compras y la visita y nos encaminamos al coche agradeciendo las ofertas de los cientos de vendedores que hay por todo el recinto y que no paran de ofrecerte sus productos, llegamos al coche que se encontraba a la sombrita cosa que se agradeció muchísimo, el aparcamiento estaba lleno de coches y autocares, nos alegramos de haber llegado prontito y hacer las visitas mucho más solos y tranquilos.
La siguiente parada fue el Cenote Ik Kill, se encuentra muy cerca de las ruinas y llegamos rápido, se accede a una especie de finca y te encuentras el estacionamiento esta vez gratuito, accedes al recinto pagando la entrada 80 pesos por persona, te diriges al cenote y junto a la entrada están los vestuarios y los baños, todo muy limpio, y ahí puedes alquilar taquillas por 30 pesos y chalecos por otros 30 pesos.
Debes darte una ducha para acceder al cenote en la ducha que hay frente a los vestuarios y puedes bajar la escalera que te lleva al cenote, en la bajada hay como dos balcones para que puedas hacer fotos del mismo.
Es un cenote abierto, muy profundo, más de 50 metros de profundidad, por lo que no sirve para snorkel al no verse nada, su especialidad es los saltos o “clavados o Clavaditos” como les dicen por estas tierras, de hecho una placa a la entrada del cenote te informa que se celebró en él un prueba del campeonato del mundo de clavados, saltando desde la cornisa superior, con una altura de 18 metro sobre el agua.
Otra peculiaridad son las raíces de los árboles que cuelgan desde la parte superior hasta alcanzar el agua, y unas cascadas artificiales pero muy conseguidas que dan todavía más si cabe un aspecto idílico. El acceso es muy cómodo por una ancha e iluminada escalera de piedra que baja hasta la laguna del cenote, allí puedes optar por hacer saltos de diferente alturas, o acceder al agua por unas cómodas escaleras de madera.
Una vez en el agua hay unas cuerdas que ayudan a quien no use chaleco salvavidas a poder relajarse en el agua mientras contemplas los saltos que van haciendo los más atrevidos.
Cuando llegamos no había mucha gente en el cenote, si se veía bastante gente en el complejo pero como hay restaurante para grupos deberían estar comiendo ya que al cabo de un rato la afluencia en el cenote era bastante mayor que cuando llegamos nosotros y una vez refrescados y hartos de nadar y ver «clavaditos» de todo tipo, nos hizo retirarnos para cambiarnos y empezar el regreso al hotel.
Aunque teníamos previsto visitar los cenotes aguadulce y palomitas, decidimos volver al hotel ya que se celebraba el Día de la Independencia, fiesta nacional en México, y estaba previsto muchos actos festivos que no queríamos perdernos.
Algo más de 2 horas de camino y llegada al hotel que estaba engalanado de banderas y artículos relativos a México, y esa noche el bufé era temático sobre cocina popular mejicana con mariachis actuando en el comedor, exposición de artesanía incluso lucha libre, deporte de masas en México, hasta llegar al famoso Grito de la independencia, toda una ceremonia con la que se recuerda el inicio de la sublevación que dio la independencia a México.
Terminamos la noche con unos tequilas y a dormir que mañana nos desplazamos a Cancún para visitar Isla Mujeres, y de paso a ver si podemos probar alguna playa caribeña que esté libre de sargazo, que es un problema para esta zona de bellísimas playas pero que se tiran gran parte del año impracticables, a ver qué suerte tenemos.