El último día lo dedicamos a disfrutar del hotel, y vamos aprovechar que no hay mucho que contar aparte del disfrute del complejo para precisamente explicar que nos ha parecido el hotel y las experiencias que hemos tenido en el mismo.
El día lo comenzamos devolviendo el vehículo que hemos estado utilizando estos días y con él nos desplazamos desde el aparcamiento hasta la barrera exterior del hotel junto a la carretera, donde nos esperan los encargados de Isis, repasamos el coche y sin ningún problema me entregan la copia de la retención de la tarjeta de crédito que hicieron, todo ok con 1000 km más en el marcador y el depósito lleno tal y como lo entregaron.
Lo siguiente fue desayunar, y fuimos al bufé central, y os explico cómo funciona, en el complejo se puede desayunar en varios sitios, alguno son los restaurantes temáticos que abren para el desayuno, y el brasileño, el más cercano a nuestra habitación, es uno de ellos pero no nos gusta porque carece de aire acondicionado, y aunque es pronto el calor aprieta así que nos vamos hasta la zona de los lobbys. En el hotel hay dos recepciones y están comunicadas por el gran Bufé al que se puede acceder por los dos vestíbulos, aunque en algunas ocasiones solo abren un acceso y un par de veces nos ha costado dar la vuelta para acceder por la otra puerta, también es verdad que más de una vez a pesar de estar cerrado nos han dejado pasar.
Este comedor es enorme con dos cuerpos, y para los desayunos la mayoría de las veces abren los dos cuerpos del bufé teniendo las mismas cosas, incluyendo la plancha de huevos y tortillas, la de carnes donde preparan hamburguesas y normalmente pollo a la plancha, también hay otras donde preparan crepes.
Hay zumos naturales recién exprimidos y los típicos de maquinita, el café te lo sirven en la mesa (aunque no vale gran cosa), y el resto de los platos te los sirves tú con una gran abundancia tanto de platos fríos como calientes y bollería.
Lo siguiente que conocimos fue la playa del hotel en realidad hay dos playas la principal que está compuesta por varias calas o playitas, y otra mucho más salvaje en la que hay un montón de nidos de tortuga señalizados, los protegen con unas redes metálicas, y le ponen unos carteles con la fecha de la puesta y la fecha posible de eclosión.
Tiene que ser espectacular poder asistir al nacimiento de las tortugas, y aunque la fecha sea aproximada siempre se puede estar pendiente ya que sería un espectáculo único y muy difícil de poder observar en más de una ocasión.
El resto de playas son las que se deben utilizar para el baño y en ellas están las sombrillas tumbonas y el club de playa, y digo se debe porque por desgracia están como toda la zona llenas de algas, el sargazo hace estrago en toda la costa y las playas del hotel no iban a ser una excepción, a pesar de que realizan un buen trabajo de limpieza, consiguiendo limitar sobre todo el olor al enterrar las algas, pero el agua está verdosa y no apetece el baño, una pena.
Si estuviesen limpias desde luego debe ser una delicia ya que combinan zonas de arena para el baño con roca para snorkel, incluso se ven tortugas ya que abundan por la zona, allí tienes el club de playa con bar y donde te dejan material de snorkel, con posibilidad de alquilar más material náutico como kayack para disfrutar de la playa, en el caso de que el sargazo te lo permita claro.
Siguiente paso la piscina, hay varias, escogimos la zona más cercana a nuestra habitación con una gran piscina que incluye bar con barra desde el agua, y donde hay mucho huésped que se tira la mayoría del tiempo de estancia en el hotel, con ese rojo tan característico del personal que no toma mucho el sol y que aquí te abrasa en cuanto te descuidas.
Aquí desarrollan actividades típicas de estos hoteles con jueguecitos preparados para entretener al personal mientras se tuesta por fuera y se torra por dentro gracias a los cócteles que te preparan en las barra y que al ser todo incluido no hay dolor por tomarse más de la cuenta.
Junto a la piscina hay un quiosco de madera donde te dan las toallas de piscina, cuando te registras a tú llegada te dan dos tarjetas, una por persona, que canjeas por toallas de piscina, que puedes cambiar todas las veces que quieras, al finalizar tú estancia recuperas tus tarjetas y las entregas al hacer el check out, si las has perdido te harán el cargo de las toallas.
Otra atracción es lo que llaman Rio Lento, una piscina, o más bien un pasillo de agua con corriente que te va llevando en unos enormes flotadores, es bastante largo como indica su nombre y tardas 15 minutos en recorrerlo, no es que tenga mayor interés que relajarte en un flotador con una Margarita (u otro coctel), con mucho hielo mientras haces el recorrido.
Justo al lado de la piscina está la heladería, un local donde hay 4 mesas para sentarse mientras tomas un helado de los 8 sabores disponibles, no está mal pero con muy poca variedad, eso sí el aire acondicionado es un buen motivo para visitarla cuando aprieta el calor y te apetece salir un poco de la barra de la piscina, eso sí cierra a las 17 h..
Terminado el baño, y hartos del sol abrasador a pesar de ser el mes de septiembre, no queremos ni imaginarlo los meses más tórridos que dicen son mayo y junio, y de camino hacia el comedor en el edificio principal nos encontramos el Bar Sport, este bar no muy grande, con varias mesas para sentarse con mesas de billar y televisiones que está emitiendo deporte, y que cuando llegamos por casualidad y con el cambio horario se podían ver varios partidos de Champion ligue, tiene también como aliciente su potente aire acondicionado, y que no es de los más visitados, dentro del enorme complejo. Nos tomamos lo que llaman una Ice Bier, que es una copa de cerveza a la que añaden Margarita helada con un poco de tequila, la Margarita se queda en la parte superior de la copa, lo que te mantiene la cerveza bien fresquita, y no casa mal con el limón de la margarita.
El edificio principal se compone de dos cuerpos por la parte exterior cada uno de los cuerpos es una recepción, comunicadas entre sí por el comedor grande, en la parte trasera a un nivel inferior a las recepciones y que da hacia el complejo cada una tiene una barra de bar y una zona con sillones, también hay tiendas y servicios de excursiones y actividades, los dos cuerpos está unidos por un corredor donde se ubica el bar sport y más servicios del hotel.
Frente a uno de los cuerpos se ubica el gran teatro, donde cada noche hay un espectáculo distinto, y que engalanaron especialmente para la celebración del día de la independencia, nosotros no asistimos a ninguno de los espectáculos, son a las 21 h. y normalmente a esa hora estábamos cenando.
Lo siguiente fue comer, lo hicimos en el comedor grande, y aquí hay que decir que hemos escuchado variedad de opiniones sobre la comida, pero la nuestra es que está muy bien, es un enorme bufé con abundancia de todo tipo de platos, ensaladas, carne, pescado, cocina en directo de carne de pescado y pastas, apartado de comida mejicana, y postres con frutas, pastelería variada y helados.
Nuestra opinión es que no se puede pedir más, la bebida te la sirven en la mesa, donde no falta agua fresca, y los camareros suelen ser rápidos para traerte cualquier otra bebida como vino, champan o cerveza, los refrescos se los puedes pedir o servírtelos tú mismo en las máquinas expendedoras.
También sirven café en el comedor si quieres, pero es el mismo del desayuno, tipo americano más bien flojito, por eso nosotros nos lo íbamos a tomar al Café Shop, un bar especializado en café, que se encuentra junto a los restaurantes temáticos, tiene 2 o 3 mesas dentro, con aire acondicionado y varias mesas fuera que son recomendables para la noche. Aquí te puedes tomar desde un expresso corto al más puro estilo italiano, a cualquier variedad de café más a tu gusto, nosotros como amantes del buen café lo hemos visitado con asiduidad, incluso por la mañana disponen de algo de bollería por si quieres desayunar ahí, y por la tarde de pastas de té por si gustas hacer una merienda tipo inglés.
Descansamos un rato y aprovechamos un poco más la piscina antes de prepararnos para la cena, esta noche no tocaba restaurante temático, os explico como funciona, por una semana de estancia puedes cenar 3 noches en restaurantes temáticos, la lista son Brasileño tipo Rodizio, El Rancho o Steak House especialistas en carnes a la brasa, Tailandés, Japonés, Italiano, Mejicano, y Mediterráneo especialista en Pescado. El día de la llegada o el siguiente te pones en contacto con el conserje de tú edificio, las habitaciones están divididas en edificios, y en cada uno desde las 07.30 horas hay un conserje en unas mesas en la planta baja del edificio, con el conserje escoges según tus gustos y la disponibilidad los 3 restaurantes temáticos que puedes visitar.
Hay 2 turnos, uno empieza a las 19 y otro las 21 h. lógicamente escogimos el de las 21, más acorde con nuestras costumbres, y escogimos el Brasileño, el Steak House, y el Mediterráneo, y os cuento como nos fue. Los tres funcionan de igual manera, el entrante y el postre es tipo Bufé y te los sirves tú mismo, y el segundo lo escoges de la carta con 6 o 7 opciones, te lo sirven en la mesa, excepto en el brasileño que n hay carta y pasan por la mesa con las espadas con la carne a la brasa.
De los tres que visitamos el peor fue el brasileño sin duda, el bufe de entrantes cortísimo, los postres igual, la carne no era gran cosa, aunque de cantidad no está mal pero está muy seca, y lo peor de todo es que el restaurante no tiene aire acondicionado, es el único que está aparte, los demás están juntos frente a la zona de los lobbys, y todos tenían aire menos este, y claro con las brasas de la carne la gente y sin aire era un sudar a chorros.
Tanto el Steak House como el Mediterráneo bastante bien, no esperes un gran chuletón en el Steak, ni mucho marisco en el Mediterráneo, pero el servicio fue muy bueno y la calidad de los platos aceptables. Así que yo descartaría el brasileño y escogería entre los otros según las preferencias de cada uno.
Poco más nos queda que explicar del hotel, la habitación que habíamos reservado era una Junior Suite, que subió el precio sólo 70 Euros por estancia y era espectacular, incluyendo Jacuzzi en la habitación, muy bien amueblada todo reformado con un excelente aire acondicionado, balcón aunque poco lo podías aprovechar por uno de los problemas del hotel, los mosquitos, al estar en medio de la vegetación y con manglares los mosquitos abundan y te obligan a ir embadurnado todo el tiempo de repelente, nosotros usamos el OFF, que compramos allí en Playa del Carmen por 115 pesos (5 Euros), el tamaño grande de 177 mml., y nos fue bastante bien. Esto no es un problema solo de este hotel, es extensivo a toda la zona ya que los otros complejos son de las mismas características.
Otro problema del complejo son las distancias dentro del mismo, desde nuestra habitación hasta la zona de la piscina más cercana había 7-8 minutos andando, y al centro del complejo de 12 a 15, el transporte no está bien resuelto, debería haber una especie de tren que estuviese dando vueltas continuamente para trasladarte de un lado a otro pero no funcionaba, o por lo menos nosotros no lo vimos en toda la estancia, a pesar de que incluso existe el recorrido y las paradas señalizadas. Lo suplen con los carritos eléctricos de golf que circulan por el complejo y que si les dices donde vas normalmente te llevan, suelen ser amables en ese aspecto pero totalmente insuficiente.
Hay otros servicios que no comento ya que no los vistamos, como es el espectáculo gratuito con delfines, y que luego puedes nadar e interactuar con ellos, esto ya de pago, el spa que es de pago, y la discoteca que abre hasta las 3 de la madrugada, estos servicios se encuentran en una zona muy apartada del complejo y al no pensar en usarlos no los visitamos.
Los hoteles están pensados desde luego para no salir de allí, con todos los servicios, y el todo incluido, posibilidad de playa cuando el sargazo lo permita, pero esto desde luego no casa con nuestra filosofía de viajar que es desde luego conocer cosas, ciudades, gente y paisajes, y todo esto también te lo ofrece la Riviera Maya, ya que no son solo playas espectaculares, a pesar del sargazo, es una zona con muchas atracciones pensadas para el turismo y muchos lugares para visitar como las ruinas Mayas de Chichen Itza, Cobá, Tulum y algunas otras que por tiempo no pudimos visitar, la experiencia de bañarte y hacer snorkel en los cenotes es algo espectacular, y si te sales de los más conocidos puedes tener el privilegio de usarlo tú solo como nos pasó a nosotros en el Suytum, no hemos visto más problemas de inseguridad que en cualquier otra parte del mundo, y nos hubiese gustado poder disponer de más tiempo, pero el tiempo es limitado y la conclusión ha sido muy positiva, no sabemos si alguna vez volveremos a rematar los sitios que por la premura no hemos visitado, el mundo es muy grande, pero nunca se sabe.
-Ya tocaba regresar a casa y el regreso fue tedioso como es normal, y más en este tipo de viajes organizado, nos recogieron 5 horas y media antes de la salida del avión, aunque una vez que ya has dejado la habitación no es que puedas hacer muchas cosas en el hotel.
-Nosotros aprovechamos la mañana para desayunar tranquilamente dar un paseo por el hotel, hacer las maletas, que te recogen en la habitación, para esto debes avisar al conserje de tú edificio, y te las llevan hasta la recepción, tomar algo y comer prontito ya que a las 14 h. teníamos la salida.
-Traslado desde el hotel hasta el aeropuerto de Cancún, con las lógicas paradas en otros resort para recoger a más gente, y una vez en el aeropuerto facturamos las maletas sin cola y con la sorpresa que los paraguas que habíamos comprado en Playa del Carmen, y que por suerte no llegamos a utilizar, al no caber en las maletas nos dicen que no podemos llevarlos en la cabina, pero que nos lo facturan sin cargo como objeto frágil.
En la entrada a los mostradores de facturación hay un funcionario que te cobra la tasa turística, 65 eurazos por persona, que puedes pagar en Euros o pesos, y aunque ya te lo advierten para que lo llevas justo si no es el caso te dan cambio en euros.
Este funcionario te da un justificante del pago y un recibo, el justificante lo debes entregar al facturar el equipaje, junto al que te dieron en inmigración a la llegada, y que si has perdido te va a costar 25 euros reemplazarlo. El justificante del pago de la tasa y el papel de inmigración se los queda la persona que te hace la facturación del equipaje, y ya no pasas control de salida de pasaporte, cosa que nos extrañó.
En la facturación vemos que los asientos que nos han dado no se corresponde con los que habíamos escogido y pagado, se lo decimos al chico y después de comprobarlo nos dice que han cambiado el modelo de avión, y que estos se corresponden con los que habíamos escogido, no nos lo dijo muy convencido, por eso nos fuimos con la mosca detrás de la oreja, pero preferimos esperar hasta subir al avión para comprobarlo, tampoco se podía hacer otra cosa.
Pasamos en control de seguridad, también muy bien organizado y sin cola ninguna y matamos el tiempo de espera en los comercios de la zona de embarque, hasta que se inició, de la misma forma que a la ida, por filas desde atrás hacia adelante, lo que motivó de nuevo que entrásemos de los últimos, al acceder pudimos comprobar que el chico tenía razón y los asientos se correspondían con lo que escogimos, con más sitio para los pies, aunque los normales no están nada mal.
Tampoco iba lleno el avión por lo que pudimos cambiarnos a otra fila para ir todavía más anchos. El vuelo de regreso fue muy bueno, sin turbulencias de ningún tipo, la comida de a bordo muy similar a la de la ida, la tripulación igual de amable y llegamos a Madrid sin incidencias.
Control rápido de pasaportes por la zona de comunitarios a la llegada, y recogida de maletas, lenta pero sin incidencias, y dimos por terminada nuestra semana en la Riviera Maya, ya que como hemos explicado en más de una ocasión hasta que no se recogen las maletas en más o menos perfecto estado no se termina el viaje.
Un saludo desde Maleteando.es y hasta el próximo viaje.
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